5.5.14

Oscuralia


Título: Oscuralia.

Autor: Pedro Escudero.
Portada: Barb Hernández.

Editorial: Kelonia.

Páginas: 144.

Precio: 11,95 €.

Sinopsis: Este libro guarda un secreto, un secreto susurrado por un viejo a un extraño sobre los monstruos que se esconden en la oscuridad del mar. Un secreto encerrado en el nudo de una soga. Un secreto aguardando con paciencia a que llegues al final de la escalera. Un secreto que Severo conoce mientras permanece en lo alto. Un secreto apoteósico, que te marcará para siempre y te hará perder el norte. Para descubrir el secreto, todo es empezar…

La ambientación tenebrosa de esta antología de relatos te sumergirá en una atmósfera opresiva por sus escenarios, los personajes y sus reacciones ante lo que les acontece.
Historias de terror y narraciones individuales tratadas como un todo. Desde diálogos de Sócrates hasta un videojuego siniestro, el humor, la filosofía del vivir y del morir se alían con lo cotidiano.




De un modo u otro la oscuridad está presente en todos y cada uno de los relatos, unas veces con mejor final que otras. Como siempre suele pasar unos relatos gustan más que otros, pero eso es inevitable. Quiero dejar claro que Pedro Escudero me ha sorprendido con su narrativa fresca y adictiva, si algo comparten todos los relatos más allá de esa oscuridad, es que enganchan desde la primera página..

El libro se compone de los siguientes relatos:


El viejo y el mar. Y el extraño. Y el Kraken


Uno de mis favoritos. Nos habla de los horrores que habitan en los abismos marinos, sin tener que recurrir a la inventiva de Lovecraft. Tiene ese toque siniestro, aliñado con ese humor negro que a mí tanto me gusta. Los escenarios opresivos (esto ocurren en casi todos los relatos), pero al mismo tiempo muy visual.

  —No te enfrentas a una ballena, ni a centenares de personas, sino al Kraken.
—Qué, viejo, ¿aún crees que ese cabrón tiene alguna oportunidad?
—Las tiene todas, y lo sabes. Es una bestia de otra época. Sabia como el tiempo, como el mal. Déjalo ya, abandona.
Estaba asustada, jamás había visto a mi abuelo tan alterado


 Se nos presenta al kraken como un ser inteligente, un demonio cuyas motivaciones resultan incomprensibles para el ser humano. Terriblemente vengativo.

La misteriosa relación de dos ancianos con la criatura se mantendrá casi hasta el final, cuando la nieta de uno de ellos descubre la verdad, deseando no haber hallado respuestas jamás.
Todo es empezar
 
Un enterrador de los de toda la vida instruye a Samuel en su primer día de trabajo. Ha sacado una plaza mediante oposición y creer saber qué le deparará su nueva rutina laboral, pero el veterano le hace ver en seguida lo equivocado que está.

No es un trabajo como los demás, hay cosas que no se enseñan en los libros y que Samuel ni siquiera es capaz de imaginar...


―¿Sabes jugar a la brisca? ―me preguntó.
―¿Cómo?
―Que si sabes jugar a la brisca.
El viejo rodeó el montículo, se sentó al otro lado y empezó
a repartir cartas: una junto a la base de la cruz, otra a mis pies, y otra para él; así hasta que hubo repartido tres por jugador, entonces descubrió una carta.
Disfruté mucho de este relato que nos sumerge en la inusual rutina del cementerio y sus habitantes. Un buen final. Humor de ultratumba.


 La soga

Ramón fue la última persona que vio con vida a Genaro, minutos antes de que este se suicidara. Nunca había ocurrido nada en el pueblo, pero desde que Genaro se ahorcó las muertes se suceden unas tras otras...

Lo peor de todo es que Ramón es capaz de ver al espectro de Genaro, que le sigue allá donde vaya.

Creo que el misterio está bien llevado a lo largo de todo el relato, pero el final no termina de convencerme y eso que me gustan los finales abiertos.
Se habló mucho sobre el suicidio de Genaro, de por qué fue y por
qué no: que si le daba mucho al vino y estaba todo el día desquiciado,
que si se le había ido la cabeza de puro viejo, que si tenía cáncer de
huesos y ya no aguantaba los dolores. De todo. Muchos intentaban
sonsacar a Ramón. Creían que algo sabía. Cuando le preguntaban,
él se encogía de hombros y cambiaba de tema. Se sentía incómodo.
No había pedido ser el último en verle con vida.
Habría cotilleos durante años.
¿Por qué Genaro se ha convertido en la sombra de Ramón? ¿Cómo influye en los vecinos para conseguir que estos se quiten la vida?


El secreto


 Otro de mis preferidos. Se nos recuerda que nuestra existencia tiene un impacto en la naturaleza.
Pablo es ahora el alcalde del pueblo y se siente abrumado ante las responsabilidades que el cargo conlleva. Especialmente la última, el farmacéutico y el cura lo guían hacia las profundidades del bosque donde una misteriosa tarea les aguarda.
Él, cada vez más exhausto, se dejaba llevar. Abandonada la racionalidad, el instinto le impulsaba.
—¿Quién eres? —preguntó Pablo en uno de los escasos momentos de calma.
La muchacha bajó su mano hasta la entrepierna.
—¿Quién eres? —insistió él con voz ahogada.
—Soy el bosque.
Un ritual ineludible, misteriosos seres ante los que deben rendir cuentas cada año, unas veces se muestran con forma masculina pidiendo que se les acompañe a matar un jabalí,  otras  aparecen mujeres...


 Al final de la escalera

Un relato en el que abundan el misterio, la tensión y lo gore. Lo admito las pruebas, por llamarlas de alguna forma me han recordado a la conocida saga SAW, aunque no tienen mucho que ver.
Hay un personaje que será la clave, una mujer encadenada, de cuyos conocimientos dependen la vida de todos.

Es el que menos me ha gustado y no porque esté mal escrito, simplemente no es mi temática preferida. Eso sí, el final es muy bueno.

Siempre es la misma historia.
Solo cambian los actores (y no siempre). Pero pese a todo continúa entusiasmando. La gente es tonta, la gente es mala, la gente aplaude; la gente es gente, y a eso no se le puede poner
solución, solo balas de por medio y un buen fajo de billetes. Dos medicinas que tomo a diario.


Apoteosis

 Se compone de lo que en apariencia son varios relatos cortos, el único nexo es un discurso filosófico entre Platón, Sócrates y Jenofonte. Algunos de los relatos destilan la crudeza propia de los entornos más duros de nuestra propia realidad. Estos filósofos se saben más cerca que los otros de los dioses, una suerte de iluminados.


El francotirador se arrastra entre las ruinas de los almacenes centrales de Stalingrado. No sabe que en breve será famoso y su cara aparecerá en todos los periódicos del país. Será un héroe. Las muchachas suspirarán por él y los jóvenes querrán imitarle. Muchos
morirán por culpa de ese anhelo.

El final es original y hace referencia a un autor conocido del terror cósmico... (solo diré eso, jem). Me ha gustado mucho.

 Severo en lo alto...

Severo es un superviviente, que aguarda con su arma en lo alto, protegiendo siempre que puede a los que caminan abajo. Los muertos se han alzado, pero él no se rinde y continuará luchando hasta el final.


Severo, con pulso firme de cazador curtido, disparó la escopeta a bocajarro. Su difunto amigo cayó al suelo con el pecho convertido en carne picada.
Pero la victoria resultó efímera. Fulgencio se alzó de nuevo, su mandíbula abierta en busca de nuevas presas. El instinto de Severo, de hombre viejo, de superviviente, le impulsó a correr y busca refugio. 

Desde entonces, en lo alto de la torre de la iglesia, paciente, espera su momento.


 Severo cada vez que abate a los muertos piensa en ellos como patos, para sobrellevar mejor estar acabando con todos los que un día fueron sus amigos y vecinos.
Siempre disfruto con un buen relato de género Z.

 La Marca del Norte...


Nos encontramos en España, los muertos caminan y el hambre guía todos y cada uno de sus movimientos. Lo mejor de este relato es la acción y la tensión con la que seguimos las aventuras de un grupo de supervivientes, que parten en busca de un misterioso doctor. Ya desde el principio intuimos que posee algún secreto.

Una escena poderosa es la de la cita que os dejo a continuación:
 Ante nosotros se alzaba una gigantesca mole de barro, de no
menos de cuarenta metros de altura. Si bien la construcción aún no
estaba finalizada, ya se adivinaban sus formas. Sobre un cono central
se arracimaban pináculos bulbosos que parecían querer arañar el
cielo. En su base un orificio —irregular, oscuro y de proporciones
titánicas— semejaba las fauces de una bestia de pesadilla. Pero
no era esa la razón de nuestro asombro, sino la doble columna de
zombis que, como disciplinadas hormigas obreras, portaban entre
sus manos tumefactas el lodo con el que erigir su templo —pues
esa fue la palabra que acudió a mi mente al contemplar aquella
estructura—.
¿Existen zombies  inteligentes? ¿Qué es ese extraño templo? ¿Qué son los invisibles y por qué los zombies evitan hacerles daño? Un buen cierre para esta antología, sin caer en el mata-mata del que pecan algunos relatos Z.

Un detalle que lo hace diferente es la ambientación de los relatos, pues en su mayoría transcurren en España, especialmente en las zonas más rurales.

6 comentarios:

  1. No pude parar de leer desde el primer momento, tan sólo los quehaceres rutinarios de un buen padre en acción me sacaron momentáneamente de la oscuridad que sobre mi se cernió.

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    1. Lo mismo me ocurrió a mí, las tareas de clase y otras obligaciones eran lo único que conseguía apartarme de la lectura ; )

      ¡Gracias por tu comentario y bienvenido al blog!

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  2. Me encanta la portada, muy Tim Burton! Me ha llamado mucho al atención, pero...tengo tantas cosas pendientes, que....

    Una gran y estructurada reseña, amiga! ;-) Cada día te superas!

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    1. Gracias por tomarte la molestia de leerla, sé que es muy larga, pero cada vez quiero hacerlas mejor. Me alegro de que el esfuerzo se note ^ ^

      Sí, la verdad es que tiene esa atmósfera de Burton.

      Te entiendo perfectamente, a mí se me van acumulando así que voy despejando la lista de lecturas pendientes como puedo.

      ¡Un abrazo, amiga!

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  3. Pues pinta bien, la verdad.
    Un saludooo

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