Quería que su obra fuera recordada durante miles de crecidas y, en efecto, así sería. Versado en mil ciencias pero ignorante de lo que significaba en realidad estar vivo, había cometido el error de traer a su ciudad a asesinos tan formidables.
El noventa y cinco por
ciento del mar no ha sido nunca explorado por el hombre. A pesar de la
tecnología con la que contamos hoy en día los expertos insisten en ello.
Imaginad por un momento, trasladémonos al mundo antiguo donde incluso ese cinco por
ciento era también un misterio . ¿Cómo son los habitantes de este
mundo acuático al que ni siquiera llega la luz del sol? ¿Acaso las
civilizaciones del pasado sabían más que nosotros? ¿Hay vida inteligente ahí abajo?
Víctor Blanco y
Gonzalo Zalaya son los creadores de Ahí abajo, una novela corta de corte
acuático protagonizada por un grupo de guerreros procedentes de diferentes
culturas: esquimales, egipcios, asirios, olmecas, helenos… todos estos destacables
asesinos han sido secuestrados para formar parte de un espectáculo que fluctúa
entre el combate de gladiadores y los Juegos Olímpicos. Todo ello aderezado con
razas inteligentes, muchas de ellas consideradas mitológicas entre las que
destacan los tritones y los seres a los que sirven: los Suxeanohr.
Estos últimos son unos gigantes que viven en las profundidades abisales; poseedores de un tremendo poder psíquico, han subyugado a las otras criaturas y sueñan con el día en el que el mundo de arriba pase a formar parte de su imperio.¡Qué formidable lugar y cuántas matizaciones de envidia despertaba en su negro y viscoso corazón! La ciudad de Endeem-Jalan-Wyr representaba en todo su esplendor lo que los tritones jamás habían conseguido en milenios.
Los personajes están poco perfilados, son el vehículo de esta historia en la que priman la acción y la sangre. Si tenemos que destacar a unos de ellos sería a Ragmunk, el inuit que posee el don del Caribú, es capaz de entender todas las lenguas y será el que logre que los guerreros colaboren por la supervivencia.
Y entre la fría piedra se encontraban las artífices de la canción, poseedoras de la destilada belleza que alguna diosa descuidada había olvidado en el mundo. Tonalidades imposibles en sus cabellos siempre húmedos y una piel que parecía adornada por una miríada de perlas. La cola, el único rasgo que las delataba como seres no humanos, se mecía al compás de la melodía.
Endeem-Jalan-Wyr es
la ciudad sumergida que acoge estos sangrientos juegos celebrados por el
arconte de los Suxeanohr. Éste al igual que el resto de su raza poseen una vida
casi eterna y un intelecto prodigioso; en cambio su inteligencia emocional no
está precisamente desarrollada lo que le llevará a subestimar a los terrestres.
Ahí abajo es ante
todo una novela de espada y brujería ambientada en las profundidades del mar.
Busca entretener al lector y lo consigue con un ritmo que no decae hasta el
final. Se da una pequeña rebelión entre las criaturas y se hacen referencias al
pasado histórico de los Suxeanohr, pero no busquéis filigranas, es una novela sencilla
y si estáis sedientos de sangre es para vosotros.
A medida que paraba, fintaba y mutilaba, una pregunta se formuló en su nublada mente: ¿cuáles eran exactamente las reglas de aquel juego y qué hacía allí?
Gonzalo Zalaya y Víctor Blanco. |
Esta vez soy yo quien no ha leído el libro jajaja. Al menos estoy a punto de echarle el guante.
ResponderEliminarLa novela pinta bien. Si sabes a lo que vas, no debería ser ningún problema que sea una lectura ligera. Además, cuando la gente dice eso, me pregunto si habrán escrito escenas de acción, que tienen todo un arte detrás.
Espero pasar un buen rato con la lectura. Siempre me entra el gusanillo cuando leo una reseña como la tuya.
Un saludo.
Seguro que te gusta y te dura un suspiro. Me alegro de que las reseñas cumplan su propósito :)
Eliminar¡Un abrazo!