Víktor Valles es escritor, corrector, blogger, melómano y community manager. Dice que el mayor de sus miedos es la hoja en blanco, pero por fortuna eso tiene fácil solución. Su primera novela publicada es Quemaste tus alas de ángel.
1. ¿Qué es lo más drástico que has hecho por el arte?
Supongo que, como muchos otros escritores, he
dejado de hacer cosas por dedicarle un tiempo a una novela: rebajar en horas de
sueño, dejar de dedicarle tiempo a otra persona, etc.
Hasta la fecha no me he cortado ningún dedo
ni me he arrancado la lengua. Así, pues, creo que entro dentro de la
“normalidad” de los escritores.
El Lobo Estepario de Hermann Hesse, 1999 de Love of Lesbian y El lado bueno de las cosas.
Podría haber mencionado muchos títulos en las
tres categorías, pero estas tres obras tienen algo de especial en mí: leí El
Lobo Estepario en un momento difícil y fue el detonante para ponerme en marcha.
Descubrí el disco de 1999 de Love of Lesbian en un momento de mi vida en el
cual me sentí muy identificado con esa historia y El lado bueno de las cosas
fue una película que me ofreció muy buenas reflexiones.
Soy capaz de cambiar de nombre a un personaje una vez
finalizada una historia. También soy de cambiar muchas veces de título. Soy un
poco indeciso con los detalles…
4. El
mejor consejo que has recibido de un artista.
«Lo bueno, si es breve… dos veces
bueno». Es un consejo que obtuve en mi época de estudiante y que de un tiempo a
esta parte (tras volver a recibirlo por parte de un autor) he aprendido a
aplicar a la escritura creativa.
5. Si
tuvieras que vivir en el interior de un cuadro, ¿cuál sería?
Me encantan el Guernica de Picasso y
El grito de Edvard Munch. Sin embargo, creo que sería mejor vivir en El jardín
de las delicias o en El nacimiento de Venus.
6.
Cuéntanos algo acerca de Quemaste tus
alas de ángel que nadie te haya preguntado antes y te apetezca
revelar a los lectores. ¿Qué ha sido lo más complicado de escribir esta novela?
(Sí, queremos sangre :P)
En realidad no fue una novela complicada de
escribir. Tenía muy claro lo que quería contar y eso ayudó mucho a su creación.
La parte más complicada ha sido la corrección (también ha sido lo que más he
aprendido con esta novela).
No me han preguntado sobre Kafka, el gato que
aparece en la novela. Para crearlo me inspiré en el gato que adoptaron unos
amigos (y que, en realidad, se llama Once. Encontraréis lo chistoso del nombre una
vez conozcáis a Kafka). La cuestión es que cuando creé a Kafka cayó un gato del
tejado al patio interior de casa y se hizo daño en una pata. Estaba muy
asustado y se escondió. Y estuve dándole de comer durante varios días hasta que
logró regresar a casa. Durante esos días decidí llamarle Kafka.
Posteriormente le he vuelto a ver dando excursiones
por la calle (era un gato doméstico) y todavía cojea un poco. Pero me alegra
saber que salió adelante.
7. Hace
poco has participado en la antología Sueños de la editorial Otros Mundos.
¿Dirías que es importante crear una red de artistas para unir fuerzas? ¿Qué
pretendías con tu relato?
Crear una red de artistas es
necesario. Actualmente vivimos un momento en el que los autores nos encontramos
indefensos ante ciertos acontecimientos que suceden. Y es difícil sacar la
cabeza y que un lector decida leer nuestro libro entre los cientos que llenan
las estanterías. Yo creo que una red de autores es necesaria.
Con mi relato (El torreón de los
Onirios) quise contar algo muy distinto a Quemaste tus alas de ángel. Es una
historia con acción, conspiración, misterio,… Con ciertos ingredientes que
componen una mezcla distinta. Por supuesto, siempre pensando en que el lector
disfrute de la lectura.
8. En
una entrada de este blog hablé al público acerca de mi campo semántico personal
y me gustaría que compartieras el tuyo. Puedes acompañarlo de una reflexión
acerca de tu estilo.
Lo cierto es que nunca he reflexionado
en profundidad sobre cuál es mi campo semántico. Supongo que si hay algo dentro
de ese «campo semántico» está relacionado con el mar, los gatos, la
creatividad, la psicología,…
9. Los
escritores se nutren de obsesiones. ¿Cuáles se reflejan en tus obras?
Ahora que he dejado de fumar, al fin
crearé personajes no-fumadores. Pero supongo que todas mis manías están
reflejadas en mis personajes, consciente o inconscientemente. Es algo que los
escritores no podemos remediar…
10. 20
relatos del fin del mundo y 152 rosas
blancas son algunos de los libros en los que has colaborado con relatos.
¿Por qué deberían leer los tuyos? ¿Qué opinión te merece el mundo de la ficción
corta?
Sí tienes el libro a mano, debes
leerlo porque has pagado el libro entero.
Si no es así… 20 Relatos del fin del
mundo es un libro que contiene 20 formas de fin del mundo (en sentido literal y
figurado). Mi relato, La última partida, habla sobre la dualidad de las
personas.
En cuanto a 152 rosas blancas es un
compilado de relatos brevísimos con el romance como nexo. Son 152 lecturas muy
ligeras que entretendrán a los más romanticones…
11. Escritura
terapéutica. ¿Cómo lo ves? ¿Qué supone para ti el acto de escribir?
Yo, al igual que muchos otros
compañeros, empecé a escribir por «necesidad». Y es que a veces necesitamos
dejar ir nuestros sentimientos (y pensamientos) y escribir es la única forma.
Supongo que lo mismo les ocurrirá a los practicantes de otras doctrinas
(artísticas e incluso deportivas).
Opino que escribir nos mantiene un
poquito más cuerdos. Así, pues… ¡Sí! La escritura es terapéutica.
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